CRITICA DE LA NACION SOBRE LA MALCRIADA
Para recordar a la entrañable Niní
La malcriada, ópera insolente /Dramaturga e intérprete: Verónica
Díaz Benavente/ Escenografía: Babel Producciones/ Iluminación: Gastón
Díaz/Vestuario: Ana Clara Uhrich/ Pianista: Damian
RogerDIRECCION FENERAL RODRIGO CARDENAS / Sala: El Ópalo, Junín 380/ Funciones:domingos,
a las 20/ Duración: 65 minutos.
Nuestra opinión: buena
Nuestra opinión: buena
Hubo alguien en la historia de nuestra cultura y de
nuestras artes que supo como nadie mofarse de géneros artísticos y discursivos
absolutamente convencionalizados. Y si bien las comparaciones son odiosas, esta
vez se vuelve necesario hacerlo, ya que forma parte del placer que uno como
espectador siente ante La malcriada . Una mujer sola en el
escenario, estableciendo un diálogo imposible con un parten aire mortecino
que la mira con cara de nada y una voz en audio que hace chistes a través de
juegos de lenguaje. Si reconocieron en esta descripción a nuestra amada Niní
Marshall están en lo cierto. Y la menciono porque Verónica Díaz Benavente, una
soprano con dotes histriónicas increíbles, hace recordar a la creadora de
Catita. En sus caras, en el uso de la máscara, en el modo de abordaje del
humor.
No hay mucho para contar ni para decir del
argumento, ya que es la parte más débil del espectáculo y hasta en un punto
innecesario. Alcanza con saber que uno asistirá a una función parodiada y
satirizada de un espectáculo operístico, en el que la soprano -acompañada de un
pianista a cargo de un órgano electrónico irá recorriendo ciertas arias muy
famosas - Carmen ,Madama Butterfly , entre
muchísimas otras- al tiempo que desarrollará su performance. Al respecto hay
que señalar la capacidad de juego de Díaz Benavente, ya que sin perder lo vocal
logra hacer con su cuerpo algo que desestructura y desmonta a la soprano.
Actriz y cantante lírica se conjugan en esta mujer de un modo muy singular,
logrando su cima hacia el final del espectáculo en el que interpreta, según sus
dichos, una selección de óperas francesas bajo la partitura musical de cumbia argentina, al tiempo que baila como si estuviera en un programa bailantero de sábado a la tarde.
Singular espectáculo para reírse desde que inicia hasta que termina, con una actriz y cantante que descuella en cada escena..
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